Para una cena rápida en casa o para llevar de paseo cuando el tiempo y el sol nos dan un una jornada para disfrutar al aire libre.
Las crescentine o tigelle son una receta típica de los Apeninos en la zona de Módena (Emilia Romagna) en Italia. Se comen tradicionalmente calientes, cortándolas por la mitad y rellenándolas con embutidos o bien untándoles una especie de mantequilla de hierbas (pesto di lardo) que se hace con romero y ajo picado y lardo, que es un embutido de manteca de cerdo curado.
Hoy te presento una receta apta para celíacos (estrictamente sin gluten), pero que estan igual de buenos.
Ingredientes:
(para 6 pancitos de 45 gr aprox.)
150 g de preparado para panes (mix pan Revolution )
80 ml de agua tibia
10 g de levadura de cerveza seca sin gluten (o 20 g de levadura fresca prensada)
30 g de mantequilla
1 cucharadita de sal fina
1 pizca de azúcar
Harina de arroz para estirar y armar
Aceite suave (girasol)
Preparación:
Separar la matequilla y dejar fuera del frigo que se ablande antes de utilizarla.
Por otro lado, en un bol mezclar la levadura en el agua con una pizca de azúcar hasta disolver. Dejar leudar unos 10 minutos a temperatura ambiente. Luego incorporar toda la harina con la sal de una vez y amasar. Al inicio la mezcla será bastante pegajosa, pero irá mejorando la trabajabilidad a medida que la amasemos, si bien será siempre una masa blanda.
Incorporar ahora la mantequilla blanda y continuar amasando hasta homogeneizar bien la masa. Cubrir con un film y dejar reposar a temperatura ambiente alrededor de 2 horas hasta duplicar el volumen inicial.
Humedecer las manos con un poco de aceite (para poder trabajar mejor) y amasar suavemente la masa doblándola sobre sí misma hacia el centro para desgasarla. Hacer una bola y dejarla reposar 10 minutos más cubierta con un paño.
Espolvorear con harina de arroz la mesada de trabajo y estirar la masa con un palote hasta unos 1,5 cm de espesor. Cortar con un cortapasta o un vaso de 6-7 cm de diámetro. Disponer sobre la asadera dejando suficiente espacio entre ellos ya que luego durante la cocción se duplicarán casi en diámetro. Dejar levitar por alrededor de 1 hora más a temperatura ambiente y cubiertos con un paño.
Los pancitos se cocinan luego directamente en una sartén que se calienta y se unta con una muy pequeña cantidad de aceite (sólo para evitar que se peguen).
Listos para comer calentitos.
Consejos
Si se trabaja con levadura fresca, extender la duración del leudado. Con una fermentación larga a temperatura ambiente se consigue un sabor delicado sin que se note la acidez de la levadura fermentada.
Si los fueses a comer luego, dejar enfriar sobre una rejilla. Una vez fríos, disponer en bolsas de cierre hermético dentro de la nevera para conservarlos mejor. Recalentar al momento de servir.